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Yo mismo escogí a sus hermanos los Levitas de en medio de los israelitas para dárselos. Son donados de Dios para servir en la Tienda de las Citas. Tú, y tus hijos contigo, desempeñarán su ministerio en todo lo que se refiere al altar y a lo que pasa detrás de la cortina. Ustedes asegurarán su servicio y ese sacerdocio es un don que les hago; el extraño que quisiere meterse en eso, morirá". (Números 18, 6)
A los hijos de Leví les doy como herencia todos los diezmos de Israel, a cambio del servicio que presten, es decir, del servicio de la Tienda de las Citas. (Números 18, 21)
Los Israelitas no se acercarán a la Tienda so pena de cometer una falta grave. (Números 18, 22)
Los levitas son quienes asegurarán el servicio de la Tienda de las Citas y cargarán con la falta si existiese: es una regla perpetua de generación en generación. Por eso no tendrán heredad entre los Israelitas. (Números 18, 23)
Pondrán comérselo en cualquier parte, ustedes y su familias: es su salario por el servicio que prestarán en la Tienda de las Citas. (Números 18, 31)
El sacerdote Eleazar untará su dedo en la sangre y rociará siete veces volviéndose hacia la entrada de la Tienda de las Citas. (Números 19, 4)
Esta es la ley cuando un hombre muera en una tienda: Quienquiera que entre en la tienda quedará impuro durante siete días igual que todo lo que hay en la tienda. (Números 19, 14)
Luego un hombre puro tomará una ramita de hisopo, la sumergerá en el agua y rociará la tienda y a todos los objetos y personas que haya en ella; se hará lo mismo con el que tocó los huesos, al muerto o la tumba. (Números 19, 18)
Moisés y Aarón se escaparon de en medio de la comunidad y se presentaron a la entrada de la Tienda de las Citas. Allí se pusieron con el rostro en tierra y se les apareció la Gloria de Yavé. (Números 20, 6)
Justo a ese momento, un israelita introducía en su tienda a una moabita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad que lloraba a la entrada de la Tienda de las Citas. (Números 25, 6)
siguió al israelita al interior de su tienda y los traspasó a los dos, al hombre y a la mujer, en pleno vientre. Inmediatamente cesó la plaga que se cernía sobre Israel: (Números 25, 8)
Se presentaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, a los jefes y a toda la comunidad a la entrada de la Tienda de las Citas, y dijeron: (Números 27, 2)