Found 31 Results for: aliento

  • Me acuerdo de tus juicios de otros tiempos y eso, Señor, me da aliento. (Salmos 119, 52)

  • «No me explico cómo nacieron de mí; no fui yo la que les dio el aliento y la vida; no fui yo la que les ordenó los elementos de su cuerpo. (2 Macabeos 7, 22)

  • Por eso, el Creador del mundo, que formó al hombre en el comienzo y dispuso las propiedades de cada naturaleza, les devolverá en su misericordia el aliento y la vida, ya que ustedes los desprecian ahora por amor a sus leyes.» (2 Macabeos 7, 23)

  • Pues hombre y bestia tienen la misma suerte; la muerte es tanto para uno como para el otro. El aliento es el mismo y el hombre no tiene nada más que el animal. Esa es otra cosa que no tiene sentido, (Eclesiastés (Qohelet) 3, 19)

  • ¿Quién dirá si el aliento del hombre parte a las alturas, y el del animal baja a la tierra? (Eclesiastés (Qohelet) 3, 21)

  • Me dije: subiré a la palmera, míos son esos racimos de dátiles. ¡Sean tus pechos como racimos de uvas y tu aliento como perfume de manzanas! (Cantar 7, 9)

  • Nacimos por pura casualidad, y cuando lleguemos al final será como si no hubiésemos existido. Nuestro soplo vital no es más que el vapor de nuestro aliento; nuestro pensamiento salta como una chispa del latido de nuestro corazón. (Sabiduría 2, 2)

  • El aliento de su Poder se alzará contra ello yy los dispersará como el huracán SSu pecado convertirá a la tierra en desierto llas maldades de los poderosos echarán abajo sus tronos. (Sabiduría 5, 23)

  • Pero aun sin eso, bastó que tu justicia los persiguiera, que tu poderoso aliento los dispersara; pues podías derribarlos de un soplido. No lo quisiste, porque respetas totalmente lo que has dispuesto: mesura, número y peso. (Sabiduría 11, 20)

  • El hombre, en su maldad, es capaz de quitar la vida, pero no puede hacer que vuelva el aliento cuando se ha escapado, ni puede llamar de nuevo al alma que ha partido. (Sabiduría 16, 14)

  • Tú has sido un refugio para el despreciado, una ayuda para el pobre en su miseria; te hicise abrigo contra la lluvia, y sombra para el calor. El aliento de los tiranos es como la lluvia helada (Isaías 25, 4)

  • Así habla Yavé, que creó los cielos y los estiró, que moldeó la tierra y todo lo que sale de ella, que dio aliento a sus habitantes y espíritu, a los que se mueven en ella. (Isaías 42, 5)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina