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y reunió a los que estaban por desaparecer. Por eso llegó su fama hasta los extremos del mundo. (1 Macabeos 3, 9)
Nicanor llegó a Jerusalén con un ejército numeroso y envió a Judas y a sus hermanos falsos mensajes de amistad, diciéndoles: (1 Macabeos 7, 27)
Judas tuvo noticias de los romanos. Supo que eran valientes en la guerra y se mostraban de buena voluntad con todos los que se les unían; ofrecían su amistad a todos los que a ellos se dirigían (1 Macabeos 8, 1)
Judas, pues, envió a Roma a Eupolemo, hijo de Juan, y a Jasón, hijo de Eleazar, encargándoles la misión de concertar con los romanos una alianza de amistad. (1 Macabeos 8, 17)
Por eso, hoy te nombramos Sumo Sacerdote de tu nación y te concedemos el título de Amigo del Rey (y le mandó un vestido de rojo púrpura y una corona de oro). Así te invitamos a cuidar nuestros intereses y guardarnos tu amistad.» (1 Macabeos 10, 20)
«¿Qué hemos hecho para que Alejandro se nos haya adelantado en ganarse la amistad y el apoyo de los judíos? (1 Macabeos 10, 23)
Jonatán comprendió que las circunstancias le eran favorables; escogió algunos hombres y los envió a Roma para confirmar y renovar la alianza de amistad con los romanos. (1 Macabeos 12, 1)
Los que fueron a Roma entraron al Senado y les dijeron: «El sumo sacerdote Jonatán y la nación de los judíos nos han enviado a renovar con ustedes la amistad y la alianza que nos unió anteriormente.» (1 Macabeos 12, 3)
Onías acogió con gran honor al mensajero, y recibió letras en que claramente se hablaba de alianza y amistad. (1 Macabeos 12, 8)
Sin embargo, hemos decidido mandarles embajadores que renueven la fraternidad y amistad que nos une a ustedes, para evitar que a la larga, pasemos a ser para ustedes como extranjeros, pues ha pasado mucho tiempo desde que nos enviaron embajadores. (1 Macabeos 12, 10)
Hemos, pues, elegido a Neumenio, hijo de Antíoco, y a Antípater, hijo de Jasón, y los hemos enviado a los romanos para renovar la antigua amistad y alianza. (1 Macabeos 12, 16)
Abasteció a las ciudades de alimentos e hizo de ellas ciudades fuertes. Y fue famoso hasta los extremos del mundo. (1 Macabeos 14, 10)