Found 36 Results for: belleza

  • El resplandor de las estrellas da al cielo su belleza, es el ornato resplandeciente de las alturas del Señor. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 9)

  • Este ha crecido ante Dios como un retoño, como raíz en tierra seca. No tenía brillo ni belleza para que nos fijáramos en él, y su apariencia no era como para cautivarnos. (Isaías 53, 2)

  • De nuevo lucirás tu belleza bailando, alegremente, con tus panderetas. De nuevo plantarás viñas en los cerros de Samaria, como antes las plantaban los viñadores y las cosechaban. (Jeremías 31, 5)

  • El fuego, también enviado de arriba para abrasar los cerros y los bosques, cumple lo que se le ha ordenado. Mas estos ídolos no se parecen a ninguna de esas cosas ni en la belleza ni en la fuerza. (Baruc 6, 62)

  • Tu belleza se hizo célebre entre las naciones: era una belleza perfecta gracias a mi esplendor que derramaba sobre ti -palabra de Yavé. (Ezequiel 16, 14)

  • Pero luego pusiste tu confianza en tu belleza, tu fama te permitió prostituirte; prodigaste tus encantos a cualquiera que pasaba y te fuiste con él. (Ezequiel 16, 15)

  • en todas las entradas de camino levantaste un montículo. Profanaste tu belleza, ofreciste tu cuerpo a cuantos pasaban y te revolcaste en la perdición. (Ezequiel 16, 25)

  • "Hijo de hombre, entona esta lamentación por el rey de Tiro. Le dirás esta palabra de Yavé:" Tú eras la obra maestra,lleno de sabiduría, y de una belleza perfecta. (Ezequiel 28, 12)

  • Estabas muy orgulloso de tu belleza:tu belleza te hizo perder la sabiduría;por eso te tiré al suelo,para que fueras un espectáculo para los reyes de la tierra. (Ezequiel 28, 17)

  • Su altura, sus largas ramas constituían su belleza, sus raíces estaban orientadas hacia abundantes aguas.) (Ezequiel 31, 7)

  • Susana era muy fina y de gran belleza. (Daniel 13, 31)

  • sino que más bien irradie de lo íntimo del corazón la belleza que no se pierde, es decir, un espíritu suave y tranquilo. Eso sí que es muy precioso ante Dios. (1º Carta de Pedro 3, 4)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina