Found 170 Results for: cólera

  • Más vale llamarle la atención a alguien que rumiar su cólera. (Sirácides (Eclesiástico) 20, 2)

  • Dos clases de hombres multiplican los pecados, y una tercera provoca la cólera del Señor: (Sirácides (Eclesiástico) 23, 16)

  • Odio y cólera son dos cosas abominables en las que se destaca el pecador. (Sirácides (Eclesiástico) 27, 30)

  • El calor del fuego depende del combustible, la pelea aumenta según las pasiones: mientras más poderoso es un hombre más se enoja; mientras más rico más monta en cólera. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 10)

  • Revive tu furor y derrama tu cólera; destruye al adversario y aplasta al enemigo. (Sirácides (Eclesiástico) 36, 6)

  • Pero los paganos se harán acreedores a su cólera, como cuando convirtió una tierra de regadío en una superficie de sal. (Sirácides (Eclesiástico) 39, 23)

  • Algunos vientos fueron hechos para destruir; el Señor en su cólera los convierte en azotes. Llegado el momento de destruir, desencadenan su violencia y satisfacen la furia del que los hizo. (Sirácides (Eclesiástico) 39, 28)

  • Noé fue hallado justo, perfecto: fue el instrumento de la reconciliación en el momento de la Cólera; debido a él quedó un resto en la tierra cuando vino el diluvio. (Sirácides (Eclesiástico) 44, 17)

  • El Señor lo vio y eso no le gustó; fueron exterminados por el ardor de su cólera. Los castigó de manera extraordinaria: llamas ardientes los devoraron. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 19)

  • Manchaste así tu gloria y deshonraste du descendencia; atrajiste la Cólera sobre tus hijos, y tu locura los hundió en la desgracia. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 20)

  • Está escrito que volverás un día para apaciguar la cólera lista para estallar, para que los padres se reconcilien con los hijos y para restablecer las tribus de Jacob. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 10)

  • Porque dentro de muy poco tiempo desaparecerá mi enojo, y mi cólera se tornará contra él. 26Yavé de los Ejércitos hará zumbar la huasca sobre él, igual como cuando se las dio a Madián, en el cerro Horeb, y levantará su bastón sobre el mar, como lo hizo en Egipto. (Isaías 10, 25)


“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina