Found 1014 Results for: ciudad santa

  • Hubo, pues, gran alegría en aquella ciudad. (Hecho de los Apóstoles 8, 8)

  • Había llegado a aquella ciudad antes que Felipe un hombre llamado Simón. Tenía muy impresionada a la gente de Samaría con sus artes mágicas y se hacía pasar por un gran personaje. (Hecho de los Apóstoles 8, 9)

  • Ahora levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que tienes que hacer.» (Hecho de los Apóstoles 9, 6)

  • pero Saulo llegó a conocer su plan. Día y noche eran vigiladas las puertas de la ciudad para poder matarlo. (Hecho de los Apóstoles 9, 24)

  • Vivía en la ciudad de Cesarea un hombre llamado Cornelio, que era un capitán del batallón Itálico. (Hecho de los Apóstoles 10, 1)

  • Al día siguiente, mientras iban de camino, ya cerca de la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar. Era el mediodía. (Hecho de los Apóstoles 10, 9)

  • «Estaba yo haciendo oración en la ciudad de Jope cuando en un éxtasis tuve una visión. Algo bajaba del cielo, algo que se parecía a una gran tienda de campaña, y llegaba hasta mí, posándose en el suelo sobre sus cuatro puntas. (Hecho de los Apóstoles 11, 5)

  • Pasaron la primera y la segunda guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió sola. Salieron y se metieron por un callejón, y de repente lo dejó el ángel. (Hecho de los Apóstoles 12, 10)

  • El sábado siguiente casi toda la ciudad acudió para escuchar a Pablo, que les habló largamente del Señor. (Hecho de los Apóstoles 13, 44)

  • Pero los judíos incitaron a mujeres distinguidas de entre las que temían a Dios y también a los hombres importantes de la ciudad y promovieron una persecución contra Pablo y Bernabé hasta que los echaron de su territorio. (Hecho de los Apóstoles 13, 50)

  • Así que los apóstoles se fueron a la ciudad de Iconio, pero al salir sacudieron el polvo de sus pies en protesta contra ellos. (Hecho de los Apóstoles 13, 51)

  • La población de la ciudad se dividió, unos a favor de los judíos y otros a favor de los apóstoles. (Hecho de los Apóstoles 14, 4)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina