Found 942 Results for: ciudad

  • Todos los guerreros que estaban con él subieron y avanzaron hasta que llegaron frente a la ciudad. Entonces acamparon frente a ella al lado norte. El valle los separaba de la ciudad. (Josué 8, 11)

  • (Después tomó cinco mil hombres, que dispuso en emboscada entre Betel y Hay, al oeste de la ciudad.) (Josué 8, 12)

  • El pueblo entonces estableció su campamento al norte de la ciudad y su retaguardia estaba al oeste. Esa noche Josué fue al valle. (Josué 8, 13)

  • En cuanto el rey de Hay vio la situación, se apresuró para atacar a Israel con toda su gente, en la pendiente frente al valle del Jordán, sin saber que le habían tendido una emboscada por detrás de la ciudad. (Josué 8, 14)

  • Entonces toda la gente de la ciudad se puso a gritar y salieron a perseguirlos. (Josué 8, 16)

  • No quedó ningún hombre para defender la ciudad, y hasta la dejaron abierta. (Josué 8, 17)

  • Entonces Yavé dijo a Josué: «Tiende hacia Hay la lanza que tienes en tu mano, porque yo te he entregado esta ciudad.» (Josué 8, 18)

  • Así lo hizo Josué y, a esta señal, los de la emboscada surgieron de sus puestos y corrieron hasta la ciudad, donde entraron. La tomaron y le prendieron fuego. (Josué 8, 19)

  • Los hombres de Hay miraron atrás y vieron el humo que de la ciudad subía hacia el cielo y, al mismo tiempo, los israelitas se detuvieron en su huida para volverse contra ellos. (Josué 8, 20)

  • Les faltó el ánimo y no supieron por dónde escaparse: por un lado estaba Josué con toda la gente de Israel, y por el otro, los que acababan de incendiar la ciudad. (Josué 8, 21)

  • Los israelitas acabaron con los habitantes de Hay que estaban en el campo o que habían huido al desierto; los mataron a todos. Después volvieron a la ciudad y la pasaron a cuchillo. (Josué 8, 24)

  • Josué incendió la ciudad y no dejó sino ruinas; este lugar ha quedado así hasta el día de hoy. (Josué 8, 28)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina