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No hay riqueza más grande que la salud del cuerpo, ni placer superior a la alegría de vivir. (Sirácides (Eclesiástico) 30, 16)
Hijo mío, derrama lágrimas por un muerto y entona la lamentación que expresará tu dolor. Luego entierra su cuerpo como se debe, no descuides nada referente a su sepultura. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 16)
Debemos hacer duelo por nuestro cuerpo, pero en cuanto a los pecadores hasta su nombre desaparecerá, al no evocar nada bueno. (Sirácides (Eclesiástico) 41, 11)
Pero estuviste pendiente de las mujeres que compartían tu cama, ellas fueron dueñas de tu cuerpo. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 19)
En ese día, el Señor, con una navaja alquilada al otro lado del río, rapará la cabeza, el cuerpo y la barba. (Isaías 7, 20)
La fama de Jacob perderá su brillo y enflaquecerá su cuerpo. Como el segador toma un manojo de trigo y corta con su mano las espigas; (Isaías 17, 4)
El escultor mide la madera, dibuja a lápiz la figura, la trabaja con el cincel y le aplica el compás. Lo hace siguiendo las medidas del cuerpo humano, y con cara de hombre, para ponerlo en un templo. (Isaías 44, 13)
Cuando ustedes vean todo esto, les saltará de gozo el corazón y su cuerpo rejuvenecerá como la hierba. La mano de Yavé se dará a conocer a sus servidores y hará que sus enemigos vean su enojo. (Isaías 66, 14)
En ese país morirán grandes y chicos, sin que los sepulten ni los lloren. En este país ya no se harán cortes en el cuerpo, ni se cortarán el pelo en homenaje a los muertos. (Jeremías 16, 6)
Ya que a ti te llamaban La Abandonada, nuestra presa, de quien nadie se preocupa, yo voy a devolver el vigor a tu cuerpo y voy a sanar tus llagas, dice Yavé. (Jeremías 30, 17)
llegaron de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres con la barba cortada, la ropa hecha tiras y el cuerpo cubierto de cortaduras, que traían ofrendas e incienso que querían presentar en el Templo de Yavé. (Jeremías 41, 5)
Gaza ha sido rapada, Ascalón está callada; Asdod, resto de los anaquitas, ¿hasta cuándo te vas a hacer cortaduras en tu cuerpo? (Jeremías 47, 5)