Found 266 Results for: justo

  • Cuando haya pleito o contienda entre dos hombres, se recurrirá a los jueces para que juzguen. Se declarará justo al que lo es y se condenará al culpable. (Deuteronomio 25, 1)

  • Tendrás un peso justo y exacto, e igualmente una medida justa y exacta, para que se prolonguen tus días en la tierra que Yavé, tu Dios, te da. (Deuteronomio 25, 15)

  • El es la Roca, cuya obra es perfecta, y todos sus caminos son justicia. Es Dios leal, enemigo del mal, es recto y justo. (Deuteronomio 32, 4)

  • Y ahora estamos en tus manos; haz con nosotros lo que te parezca bueno y justo.» (Josué 9, 25)

  • Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo hubo tomado desquite de sus enemigos. Así está escrito en el Libro del Justo. El sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse casi un día entero. (Josué 10, 13)

  • Así fue como Noemí, acompañada de Rut, su nuera moabita, regresó de Moab. Y justo cuando llegaron a Belén estaba comenzando la cosecha de la cebada. (Rut 1, 22)

  • Se levantó David de madrugada, dejó su rebaño encargado a un pastor y, tomando las cosas, se fue como le había mandado su padre. Y llegó al campamento justo cuando el ejército salía para ponerse en posición de ataque lanzando el grito de guerra. (1 Samuel 17, 20)

  • Y agregó: «Tú eres más justo que yo, porque tú me devuelves bien por mal; (1 Samuel 24, 17)

  • y ordenó enseñarlo a los hijos de Judá (es el canto del Arco y está escrito en el libro del Justo): (2 Samuel 1, 18)

  • ¡Cuánto más ahora, cuando estos malvados han dado muerte a un hombre justo en su casa, y sobre su lecho! ¿No deberé yo pedirles cuenta de su crimen y borrarlos de la tierra?» (2 Samuel 4, 11)

  • un desterrado de tu país. Apenas llegaste ayer y no es justo que hoy te haga correr la misma suerte que yo. Regresa con tus hombres y que Yavé tenga compasión de ustedes.» (2 Samuel 15, 20)

  • El Dios de Israel ha hablado, la Roca de Israel me ha dicho: «El justo que gobierne a los hombres y los gobierne en el temor a Dios (2 Samuel 23, 3)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina