Found 408 Results for: viaje en el desierto

  • Un pueblo del norte la ha atacado ya ha hecho de su tierra un desierto. Nadie en adelante, hombre o animal, vivirá en ella. (Jeremías 50, 3)

  • Pero ahora ven a su madre humillada, la que los dio a luz ha sido humillada; ha pasado a ser la última de las naciones, un desierto seco y triste. (Jeremías 50, 12)

  • La tierra tembló y se estremeció porque se cumplió lo que Yavé había decretado contra Babilonia: reducir el territorio de Babilonia a un desierto despoblado. (Jeremías 51, 29)

  • Sus ciudades se han convertido en un desierto seco y triste, donde nadie vive y por donde nadie pasa más. (Jeremías 51, 43)

  • Viene a continuación la orden que dio Jeremías a Seraías, hijo de Nerías, al partir éste junto a Sedecías, rey de Judá, a Babilonia, el cuarto año de su reinado (Seraías era el mayordomo de viaje). (Jeremías 51, 59)

  • Hasta los chacales descubren el pezón y dan de mamar a sus cachorros; la Hija de mi pueblo se ha vuelto tan cruel como los avestruces del desierto. (Lamentaciones 4, 3)

  • Nuestros perseguidores eran veloces, más que las águilas del cielo, nos perseguían por los montes, en el desierto nos armaban trampas. Nuestro rey, el ungido de Yavé, del que estábamos pendientes, quedó preso en sus redes; aquél de quien decíamos: A su sombra viviremos entre las naciones. (Lamentaciones 4, 20)

  • Con riesgo de la vida trajimos nuestro pan, enfrentando los peligros del desierto. (Lamentaciones 5, 9)

  • Los abatiré completamente, convertiré su país en una soledad, en una ruina doquiera habiten, desde el desierto hasta Ribla. Entonces sabrán que soy Yavé. (Ezequiel 6, 14)

  • Las ciudades habitadas quedarán reducidas a escombros y el país se convertirá en un desierto; entonces sabrán que yo soy Yavé". (Ezequiel 12, 20)

  • Imagínate que en ese país suelto animales feroces para que quede sin hijos y se convierta en un desierto, el que nadie podrá atravesar por miedo a esas fieras salvajes. (Ezequiel 14, 15)

  • Por mi vida, dice Yavé, si esos tres hombres vivieran en este país, no podrían salvar ni a su hijo ni a su hija, pero ellos, sólo ellos, se salvarían mientras el país se convertiría en un desierto. (Ezequiel 14, 16)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina