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  • ¿Acaso la Ley contradice las promesas de Dios? En absoluto. Si se hubiera dado una ley capaz de darnos vida, nuestro paso a la verdadera justicia podría resultar de esa Ley. (Carta a los Gálatas 3, 21)

  • El que siembra en el espíritu, cosechará del espíritu la vida eterna. (Carta a los Gálatas 6, 8)

  • Su inteligencia está en tinieblas; la ignorancia en que se quedan, así como su conciencia ciega, los mantienen muy lejos de la vida de Dios. (Carta a los Efesios 4, 18)

  • para que seas feliz y goces de larga vida en la tierra. (Carta a los Efesios 6, 3)

  • Cristo es mi vida, y de la misma muerte saco provecho. (Carta a los Filipenses 1, 21)

  • Pero, pensando en ustedes, conviene que yo permanezca en esta vida. (Carta a los Filipenses 1, 24)

  • Solamente procuren que su vida esté a la altura del Evangelio de Cristo. Permanezcan firmes en un mismo espíritu y luchen con un solo corazón por la fe del Evangelio. Ojalá lo pueda comprobar si voy donde ustedes y, si no voy, pueda al menos oírlo. (Carta a los Filipenses 1, 27)

  • al presentarles la palabra de vida. De ese modo me sentiré orgulloso de ustedes en el día de Cristo, porque mis esfuerzos y mis afanes no habrán sido inútiles. (Carta a los Filipenses 2, 16)

  • Y aunque deba dar mi vida por la fe de ustedes, que vale más que cualquier celebración y sacrificio, me siento feliz y me alegro con todos ustedes. (Carta a los Filipenses 2, 17)

  • Y a ti, Sícigo, verdadero compañero, te pido que las ayudes; no olvides que ellas lucharon conmigo por el Evangelio, lo mismo que Clemente y mis otros colaboradores, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. (Carta a los Filipenses 4, 3)

  • Que lleven una vida digna del Señor y de su total agrado, produciendo frutos en toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios. (Carta a los Colosenses 1, 10)

  • Pues han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo en Dios. (Carta a los Colosenses 3, 3)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina