Found 36 Results for: Ardiente

  • Pinjás, nuestro padre, por su ardiente celo, recibió la alianza de un sacerdocio eterno. (I Macabeos 2, 54)

  • Elías, por su ardiente celo por la Ley, fue arrebatado al cielo. (I Macabeos 2, 58)

  • ¿No calma el rocío el calor ardiente? Así, una buena palabra puede más que un regalo. (Eclesiástico 18, 16)

  • una pasión encendida como el fuego ardiente no se extinguirá hasta quedar consumida; un hombre lleno de lujuria en su cuerpo carnal no cesará hasta que el fuego lo abrase; para el lujurioso toda comida es dulce, y no se calmará hasta que haya muerto. (Eclesiástico 23, 17)

  • En boca del desvergonzado la mendicidad es dulce, pero en sus entrañas será fuego ardiente. (Eclesiástico 40, 30)

  • Al ver esto, el Señor se disgustó y fueron exterminados por el ardor de su ira: él obró prodigios contra ellos, consumiéndolos con su fuego ardiente. (Eclesiástico 45, 19)

  • ¡Miren! Ahí llega el Día del Señor, día cruel, de furor y de ira ardiente, para hacer de la tierra una devastación y exterminar de ella a los pecadores. (Isaías 13, 9)

  • Por eso, haré temblar los cielos, y la tierra se moverá de su sitio bajo el furor del Señor de los ejércitos, en el día de su ira ardiente. (Isaías 13, 13)

  • Porque así me ha hablado el Señor: Yo observaré impasible en mi puesto, como el calor ardiente y deslumbrante, como nube de rocío en el calor de la cosecha. (Isaías 18, 4)

  • Sus torrentes se transformarán en resina y su suelo en azufre; su tierra se convertirá en resina ardiente, (Isaías 34, 9)

  • No tendrán hambre, ni sufrirán sed, el viento ardiente y el sol no los dañarán, porque el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta las vertientes de agua. (Isaías 49, 10)

  • Tú dirás al bosque del Négueb: Escucha la palabra del Señor. Así habla el Señor: Yo voy a prenderte fuego, y él consumirá todo árbol verde y todo árbol seco. La llama ardiente no se extinguirá y arderá toda la superficie, desde el Négueb hasta el norte. (Ezequiel 21, 3)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina