Found 38 Results for: Balac

  • Balac, hijo de Sipor, vio todo lo que los israelitas habían hecho a los amorreos, (Números 22, 2)

  • los moabitas dijeron a los ancianos de Madián: "Ahora esta turba va a devorarlo todo a nuestro alrededor como un buey devora la hierba del campo". Entonces Balac, hijo de Sipor, que era rey de Moab en aquel tiempo, (Números 22, 4)

  • Los ancianos de Moab y de Madián partieron, llevando la retribución para el adivino. Cuando se presentaron a Balaam y le transmitieron el mensaje de Balac, (Números 22, 7)

  • Balaam respondió a Dios: "Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, me envió este mensaje: (Números 22, 10)

  • A la mañana siguiente, Balaam se levantó y dijo a los jefes enviados por Balac: "Vuélvanse a su país, porque el Señor me prohibe acompañarlos". (Números 22, 13)

  • Entonces los jefes de Moab partieron, y cuando estuvieron de regreso dijeron a Balac: "Balaam se niega a venir con nosotros". (Números 22, 14)

  • Entonces Balac envió otros jefes, más numerosos y distinguidos que los primeros. (Números 22, 15)

  • Ellos se presentaron a Balaam y le dijeron: "Así habla Balac, hijo de Sipor: ‘Por favor, no te niegues a venir en mi ayuda. (Números 22, 16)

  • Pero Balaam respondió a los servidores de Balac: "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podría transgredir, ni siquiera en lo más mínimo, una orden del Señor, mi Dios. (Números 22, 18)

  • El Ángel del Señor respondió a Balaam: "Ve con estos hombres, pero dirás solamente lo que yo te indique". Y Balaam se fue con los jefes que le había enviado Balac. (Números 22, 35)

  • Cuando Balac supo que Balaam estaba por llegar, fue a encontrarlo en Ar Moab, sobre la frontera del Arnón, en el límite de su territorio, (Números 22, 36)

  • Entonces Balaam respondió a Balac: "Aquí me tienes. Pero, ¿qué puedo decir yo ahora? Sólo diré la palabra que Dios ponga en mi boca". (Números 22, 38)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina