Found 30 Results for: Mensajero

  • El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: "Mira que las palabras de los profetas anuncian a una sola voz buena fortuna para el rey. Habla tú también como uno de ellos, y anuncia la victoria". (II Crónicas 18, 12)

  • llegó un mensajero y dijo a Job: "Los bueyes estaban arando y las asnas pastaban cerca de ellos, (Job 1, 14)

  • El furor del rey es mensajero de muerte, pero un hombre sabio lo aplaca. (Proverbios 16, 14)

  • El malvado sólo busca la rebelión, pero le será enviado un mensajero cruel. (Proverbios 17, 11)

  • No dejes que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero de Dios: "Ha sido por inadvertencia". ¿Por qué Dios tendrá que irritarse contra tu palabra y arruinar la obra de tus manos? (Eclesiastés 5, 5)

  • Gracias a él, su mensajero llega a buen puerto, y por su palabra se ordenan todas las cosas. (Eclesiástico 43, 26)

  • ¿Quién es ciego, sino mi servidor y sordo como el mensajero que yo envío? ¿Quién es ciego como el que ha pactado conmigo y sordo como el servidor del Señor? (Isaías 42, 19)

  • en todas sus angustias. No intervino ni un emisario ni un mensajero: él mismo, en persona, los salvó; por su amor y su clemencia, él mismo los redimió; los levantó y los llevó en todos los tiempos pasados. (Isaías 63, 9)

  • Va corriendo un emisario tras otro, un mensajero tras otro, para anunciar al rey de Babilonia que toda su ciudad ha sido tomada. (Jeremías 51, 31)

  • Más aún, ellas mandaron llamar por medio de un mensajero a hombres que debían venir de lejos. Así llegaron aquellos para los que tú te bañaste, te pintaste los ojos y te adornaste con joyas. (Ezequiel 23, 40)

  • Ageo, el mensajero del Señor, habló al pueblo conforme al mensaje del Señor, diciendo: "Yo estoy con ustedes -oráculo del Señor-". (Ageo 1, 13)

  • Porque los labios del sacerdote guardan la ciencia y de su boca se busca la instrucción, porque es el mensajero del Señor de los ejércitos. (Malaquías 2, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina