Found 52 Results for: Pastores

  • A todos tus pastores los apacentará el viento, tus amantes irán al cautiverio; entonces quedarás avergonzada y confundida por toda tu maldad. (Jeremías 22, 22)

  • ¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal! -oráculo del Señor-. (Jeremías 23, 1)

  • Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones -oráculo del Señor-. (Jeremías 23, 2)

  • Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán, y no se echará de menos a ninguna -oráculo del Señor-. (Jeremías 23, 4)

  • ¡Giman, pastores, y griten, revuélquense en el polvo, encargados del rebaño! Porque les ha llegado el día de la matanza y caerán como carneros escogidos. (Jeremías 25, 34)

  • ¡No hay asilo para los pastores, no escaparán los encargados del rebaño! (Jeremías 25, 35)

  • ¡Escuchen el clamor de los pastores, el gemido de los encargados del rebaño, porque el Señor devasta sus pastizales, (Jeremías 25, 36)

  • Así habla el Señor de los ejércitos: En este lugar que está desierto, sin hombres ni animales, y en todas sus ciudades, habrá de nuevo un redil donde los pastores harán descansar a sus rebaños. (Jeremías 33, 12)

  • Ovejas perdidas, eso era mi pueblo: sus pastores las extraviaban, las hacían rondar por las montañas; iban de montaña en colina, olvidándose de su redil. (Jeremías 50, 6)

  • contigo martillé pastores y rebaños, contigo martillé labradores y yuntas, contigo martillé gobernadores y prefectos. (Jeremías 51, 23)

  • ¡Profetiza, hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel! Tú dirás a esos pastores: Así habla el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar el rebaño? (Ezequiel 34, 2)

  • Por eso, pastores, oigan la palabra del Señor. (Ezequiel 34, 7)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina