Found 90 Results for: Pez

  • El joven bajó a lavarse los pies en el río, y de pronto saltó del agua un gran pez que intentó devorarle el pie. El joven gritó, (Tobías 6, 2)

  • pero el ángel le dijo: "¡Agárralo y no lo dejes escapar!". Entonces él se apoderó del pez y lo sacó a tierra. (Tobías 6, 3)

  • El joven abrió el pez, y le sacó la hiel, el corazón y el hígado. Asó una parte del pez y la comió, y guardó la otra parte después de haberla salado. (Tobías 6, 5)

  • Entre tanto, el joven preguntó al ángel: "Hermano Azarías, ¿qué clase de remedio hay en el corazón, en el hígado y en la hiel del pez?". (Tobías 6, 7)

  • El ángel le respondió: "Si se quema el corazón o el hígado del pez delante de un hombre o de una mujer atacados por un demonio o espíritu maligno, cesan los ataques y desaparecen para siempre. (Tobías 6, 8)

  • Pero eso sí, cuando entres en la habitación, toma una parte del hígado y del corazón del pez, y colócalos sobre el brasero de los perfumes. Entonces se extenderá el olor, y cuando el demonio lo huela, huirá y nunca más aparecerá a su lado. (Tobías 6, 17)

  • Después llamó a la madre y le pidió que trajera una hoja de papiro. En ella redactó el contrato matrimonial, por el que entregaba a su hija como esposa de Tobías, conforme a lo prescrito en la Ley de Moisés. Después empezaron a comer y a beber. (Tobías 7, 14)

  • Entonces Tobías se acordó de los consejos de Rafael, sacó de su bolsa el hígado y el corazón del pez y los colocó sobre el brasero de los perfumes. (Tobías 8, 2)

  • El olor del pez alejó al demonio y este huyó por el aire hacia las regiones de Egipto. Rafael lo persiguió, lo sujetó y lo encadenó al instante. (Tobías 8, 3)

  • Úntale los ojos con la hiel del pez; el remedio hará que las manchas blancas se contraigan y se desprendan de sus ojos. Así tu padre recobrará la vista y verá la luz". (Tobías 11, 8)

  • Tobit también se levantó y, tropezando, salió por la puerta del patio. Tobías corrió hacia él, (Tobías 11, 10)

  • con la hiel del pez en su mano; le sopló en los ojos y, sosteniéndolo, le dijo: "¡Ánimo, padre!". Después le aplicó el remedio y se lo frotó. (Tobías 11, 11)


“Jesus está com você, e o Cireneu não deixa de ajudar-te a subir o Calvário.” São Padre Pio de Pietrelcina