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  • Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado". (Lucas 19, 21)

  • Él le respondió: "Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré, (Lucas 19, 22)

  • Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y, al ser hijos de la resurrección, son hijos de Dios. (Lucas 20, 36)

  • El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que ha-bían preparado. (Lucas 24, 1)

  • Él les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste, (Lucas 24, 17)

  • Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado». Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?». Y se produjo una división entre ellos. (Juan 9, 16)

  • El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. (Juan 20, 1)

  • Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». (Juan 20, 19)

  • para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía». (Hechos 1, 25)

  • De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. (Hechos 2, 2)

  • Moisés, en efecto, dijo: El Señor Dios suscitará para ustedes, de entre sus hermanos, un profeta semejante a mí, y ustedes obedecerán a todo lo que él les diga. (Hechos 3, 22)

  • Y este mismo Moisés dijo a los israelitas: Dios suscitará de entre ustedes un profeta semejante a mí. (Hechos 7, 37)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina