Found 27 Results for: amada

  • La Amada: ¡Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado, que apacienta su rebaño entre los lirios! (Cantar 2, 16)

  • La Amada: ¡Es la litera de Salomón! La rodean sesenta guerreros, de los más valientes de Israel: (Cantar 3, 7)

  • El Amado: ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, detrás de tu velo. Tus cabellos, como un rebaño de cabras que baja por las laderas de Galaad. (Cantar 4, 1)

  • Eres toda hermosa, amada mía, y no tienes ningún defecto. (Cantar 4, 7)

  • La Amada: ¡Despierta, viento del norte, ven, viento del sur! ¡Soplen sobre mi jardín para que exhale su perfume! ¡Que mi amado entre en su jardín y saboree sus frutos deliciosos! (Cantar 4, 16)

  • La Amada: Yo duermo, pero mi corazón vela: oigo a mi amado que golpea. "¡Ábreme, hermana mía, mi amada, paloma mía, mi preciosa! Porque mi cabeza está empapada por el rocío y mi cabellera por la humedad de la noche". (Cantar 5, 2)

  • La Amada: Mi amado es apuesto y sonrosado, se distingue entre diez mil. (Cantar 5, 10)

  • La Amada: Mi amado ha bajado a su jardín, a los canteros perfumados, para apacentar su rebaño en los jardines, para recoger lirios. (Cantar 6, 2)

  • La Amada: Yo bajé al jardín de los nogales, a ver los retoños del valle, a ver si brotaba la viña, si florecían los granados... (Cantar 6, 11)

  • La Amada: Yo soy para mi amado, y él se siente atraído hacia mí. (Cantar 7, 11)

  • La Amada: Grábame como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu brazo, porque el Amor es fuerte como la Muerte, inflexibles como el Abismo son los celos. Sus flechas son flechas de fuego, sus llamas, llamas del Señor. (Cantar 8, 6)

  • ¿Qué viene a hacer mi amada en mi Casa? Su conducta no es más que doblez. ¿Acaso los votos y la carne consagrada alejarán de ti la desgracia? Entonces sí podrías alegrarte. (Jeremías 11, 15)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina