Found 732 Results for: maná del cielo

  • y podrán vivir largo tiempo en la tierra que el Señor juró dar a sus padres y a su descendencia, tierra que mana leche y miel. (Deuteronomio 11, 9)

  • En cambio, la tierra que vas a tomar en posesión es una región de montañas y valles regados por la lluvia del cielo, (Deuteronomio 11, 11)

  • Porque entonces la ira del Señor arderá contra ustedes: él cerrará el cielo y ya no habrá más lluvia; el suelo dejará de dar sus frutos, y ustedes no tardarán en desaparecer de esta tierra fértil que les da el Señor. (Deuteronomio 11, 17)

  • Así, mientras haya cielo sobre la tierra, durarán tus días y los de tus hijos en el suelo que el Señor juró dar a tus padres. (Deuteronomio 11, 21)

  • porque va a servir a otros dioses y a postrarse delante de ellos -delante del sol, la luna o todo el Ejército del cielo- contrariamente a lo que yo te he mandado, (Deuteronomio 17, 3)

  • Él nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. (Deuteronomio 26, 9)

  • Inclínate desde tu santa morada, desde lo alto del cielo, y bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos diste -esa tierra que mana leche y miel- como lo habías jurado a nuestros padres". (Deuteronomio 26, 15)

  • y escribirás en ellas todas las palabras de esta Ley. Harás esto cuando cruces el Jordán para entrar en el país que te da el Señor, tu Dios -esa tierra que mana leche y miel- como el Señor, el Dios de tus padres te lo ha prometido. (Deuteronomio 27, 3)

  • Él te abrirá el cielo -su rico tesoro- para proveer de lluvia a tu tierra en el momento oportuno, y para bendecir todos tus trabajos. Serás acreedor de muchas naciones y deudor de ninguna. (Deuteronomio 28, 12)

  • El cielo sobre tu cabeza será de bronce, y la tierra bajo tus pies será de hierro. (Deuteronomio 28, 23)

  • En lugar de lluvia, el Señor enviará polvo a tu tierra, y sobre ti caerá arena desde el cielo, hasta que seas exterminado. (Deuteronomio 28, 24)

  • Tus cadáveres serán pasto de todas las aves del cielo y de todos los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espante. (Deuteronomio 28, 26)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina