Found 24 Results for: moneda perdida

  • Nunca te llevé un animal despedazado por las fieras: yo mismo debía reparar la pérdida, porque tú me reclamabas lo que había sido robado tanto de día como de noche. (Génesis 31, 39)

  • El Faraón mandó llamar a José, que sin pérdida de tiempo fue sacado de la prisión. Este se afeitó, se cambió de ropa y compareció ante el Faraón. (Génesis 41, 14)

  • El sacerdote lo presentará delante del Señor y practicará el rito de expiación en favor de ella. Así quedará purificada de su pérdida de sangre. Este es el ritual concerniente a la mujer que da a luz un niño o una niña. (Levítico 12, 7)

  • Entonces Sansón invocó al Señor, con estas palabras: "Señor, acuérdate de mí y devuélveme la fuerza por esta sola vez, para que pueda vengarme de los filisteos, de un solo golpe, por la pérdida de mis dos ojos". (Jueces 16, 28)

  • Y todos los que subsistan de tu casa irán a postrarse delante de él por una moneda de plata y una miga de pan, y le dirán: Admíteme, por favor, a cualquiera de las funciones sacerdotales, para que tenga un pedazo de pan que comer". (I Samuel 2, 36)

  • Sin pérdida de tiempo, Abigail tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco carneros adobados, cinco bolsas de grano tostado, cien racimos de pasas de uva y doscientas tortas de higo, y los cargó sobre unos asnos. (I Samuel 25, 18)

  • El rey de Moab, al ver que la guerra estaba perdida para él, reunió a setecientos hombres armados de espada, para abrirse una brecha hacia el rey de Edóm; pero fracasó. (II Reyes 3, 26)

  • Joás dijo a los sacerdotes: "Todo el dinero que se aporte a la Casa del Señor como ofrenda consagrada -el dinero en moneda corriente, los aranceles personales según los recursos de cada uno, y todo el dinero que aporte cada uno a la Casa del Señor por propia voluntad- (II Reyes 12, 5)

  • Todos sus hermanos y sus hermanas, lo mismo que sus antiguos conocidos, fueron a verlo y celebraron con él un banquete en su casa. Se compadecieron y lo consolaron por toda la desgracia que le había enviado el Señor. Y cada uno de ellos le regaló una moneda de plata y un anillo de oro. (Job 42, 11)

  • Ando errante como una oveja perdida: ven a buscar a tu servidor. Yo nunca olvido tus mandamientos. (Salmos 119, 176)

  • Te autorizo, además, a acuñar moneda propia, de curso legal en tu país. (I Macabeos 15, 6)

  • Junto con la maldad, llega la ignominia, y con la pérdida del honor, el desprecio. (Proverbios 18, 3)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina