Found 906 Results for: ojo

  • su patrón lo miró con buenos ojos y lo nombró su mayordomo, poniéndolo al frente de su casa y confiándole la administración de todos sus bienes. (Génesis 39, 4)

  • después de un tiempo, la esposa de su patrón fijó sus ojos en él y le dijo: "Acuéstate conmigo". (Génesis 39, 7)

  • Yo respondo por él, y tendrás que pedirme cuentas a mí. Si no te lo traigo y lo pongo delante de tus ojos, seré culpable ante ti todo el resto de mi vida. (Génesis 43, 9)

  • Al levantar los ojos, José vio a Benjamín, el hijo de su misma madre, y preguntó: "¿Es este el hermano menor de que me habían hablado?". Y añadió: "Que Dios te favorezca, hijo mío". (Génesis 43, 29)

  • Cuando en el palacio del Faraón se difundió la noticia de que habían llegado los hermanos de José, el Faraón y sus servidores vieron esto con buenos ojos. (Génesis 45, 16)

  • Yo bajaré contigo a Egipto, y después yo mismo te haré volver; y las manos de José cerrarán tus ojos". (Génesis 46, 4)

  • Y cuando ya no hubo más dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios acudieron en masa a José para decirle: "Danos de comer. ¿Por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, por falta de dinero?". (Génesis 47, 15)

  • Pero ¿por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, nosotros y nuestras tierras? Aduéñate de nosotros y de nuestras tierras a cambio de pan. Así el Faraón será dueño de nosotros y de nuestras tierras. Danos solamente semilla para que podamos sobrevivir. De lo contrario, nosotros moriremos, y el suelo se convertirá en un desierto". (Génesis 47, 19)

  • José los puso junto a Israel, que ya no veía, porque sus ojos se habían debilitado a causa de su edad avanzada, y él los besó y los abrazó. (Génesis 48, 10)

  • Sus ojos están oscurecidos por el vino, y sus dientes blanqueados por la leche. (Génesis 49, 12)

  • Benjamín es un lobo rapaz: por la mañana devora la presa, y a la tarde divide los despojos". (Génesis 49, 27)

  • "Arrójalo al suelo", le ordenó el Señor. Y cuando lo arrojó al suelo, el bastón se convirtió en una serpiente. Moisés retrocedió atemorizado, (Exodo 4, 3)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina