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  • En cada provincia, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, había un gran duelo entre los judíos, con ayunos, lágrimas y lamentaciones. Y el sayal y la ceniza sirvieron de lecho para muchos. (Ester 4, 3)

  • Los secretarios del rey fueron convocados en aquel mismo momento, el día veintitrés del tercer mes, que es el mes de Siván. Y tal como lo ordenó Mardoqueo, se redactó un documento dirigido a los judíos, a los prefectos, los gobernadores y los jefes de las provincias -eran ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía- a cada provincia en su propia escritura y a cada pueblo en su propia lengua, y también a los judíos en su escritura y su lengua. (Ester 8, 9)

  • En dichos documentos, el rey facultaba a los judíos, en cualquier ciudad donde estuvieran, a reunirse y defender sus vidas, a destruir, matar y eliminar, incluyendo a los niños y mujeres, a toda la gente armada de cualquier provincia o pueblo que los atacaran, y también a saquear sus bienes. (Ester 8, 11)

  • Una copia del documento debía ser promulgada con fuerza de ley en cada provincia y comunicada a todos los pueblos, de manera que los judíos estuvieran preparados aquel día para vengarse de sus enemigos. (Ester 8, 13)

  • En cada provincia y en cada ciudad, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, los judíos se sentían desbordantes de gozo y alegría, y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos entre la gente del país se profesaban judíos, porque el temor a los judíos se había apoderado de ellos. (Ester 8, 17)

  • Estos días son conmemorados y celebrados de generación en generación, en cada familia, en cada provincia y en cada ciudad. Y estos días de "Purím" nunca dejarán de ser festejados entre los judíos, ni se borrará su recuerdo entre sus descendientes. (Ester 9, 28)

  • "El Gran Rey Artajerjes a los gobernadores de provincia de las ciento veintisiete regiones, desde la India hasta Etiopía, a los que se preocupan de nuestros intereses, ¡salud! (Ester 16, 2)

  • Cualquier ciudad o provincia en general que no obre de acuerdo con estas prescripciones, será arrasada sin piedad a sangre y fuego: no sólo resultará intransitable para los hombres, sino que hasta las fieras salvajes y los pájaros le tendrán repulsión para siempre". (Ester 16, 24)

  • Luego puso la provincia en manos de Álcimo, dejando un destacamento a su disposición, y regresó adonde estaba el rey. (I Macabeos 7, 20)

  • Los tres distritos de la provincia de Samaría, incorporados a Judea, quedarán anexados definitivamente a ella y considerados como parte suya, de manera que dependan de un solo jefe y no estén sometidos a otra autoridad que la del Sumo Sacerdote. (I Macabeos 10, 38)

  • Si ves que en la provincia se oprime al pobre y se violan el derecho y la justicia, no te sorprendas por eso. Porque un grande tiene un superior que lo vigila, y hay otros grandes por encima de ellos. (Eclesiastés 5, 7)

  • Alguno de ellos tiene un cetro como un gobernador de provincia, pero no puede matar al que lo ofende. (Baruc 6, 12)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina