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  • este le dijo: "¿Acaso porque eres pariente mío me vas a servir gratuitamente? Indícame cuál debe ser tu salario". (Génesis 29, 15)

  • Rubén salió una vez mientras se estaba cosechando el trigo, y encontró en el campo unas mandrágoras, que luego entregó a su madre. Entonces Raquel dijo a Lía: "Por favor, dame algunas de esas mandrágoras que trajo tu hijo". (Génesis 30, 14)

  • Al atardecer, cuando Jacob volvía del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: "Tienes que venir conmigo, porque he pagado por ti las mandrágoras que encontró mi hijo". Aquella noche Jacob durmió con ella, (Génesis 30, 16)

  • Por eso, siguió diciendo, fíjame tú mismo el salario que debo pagarte". (Génesis 30, 28)

  • Revisa hoy mismo todo tu rebaño, y aparta de él todas las ovejas negras y todas las cabras moteadas o manchadas. Ese será mi salario. (Génesis 30, 32)

  • Sin embargo, él se ha burlado de mí y ha cambiado diez veces mi salario. Pero Dios no le ha permitido que me hiciera ningún mal. (Génesis 31, 7)

  • Si él establecía: ‘Los animales manchados serán tu salario’, todo el rebaño tenía crías manchadas; y si él decía: ‘Los animales rayados serán tu paga’, todo el rebaño tenía crías rayadas. (Génesis 31, 8)

  • Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, allí donde tú ungiste una piedra conmemorativa y me hiciste un voto. Ahora levántate, sal de este país, y regresa a tu tierra natal’". (Génesis 31, 13)

  • Pero tú ni siquiera me has permitido saludar con un beso a mis nietos y a mis hijas. Realmente te has comportado como un insensato. (Génesis 31, 28)

  • Labán entró en la carpa de Jacob, en la de Lía, y en la de las dos esclavas, y no encontró nada. Al salir de la carpa de Lía, entró en la de Raquel. (Génesis 31, 33)

  • De los veinte años que pasé en tu casa, catorce trabajé por tus dos hijas, y seis por tu rebaño, y tú me cambiaste el salario diez veces. (Génesis 31, 41)

  • mientras que Jacob prosiguió su camino. De pronto, le salieron al paso unos ángeles de Dios. (Génesis 32, 2)


“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina