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  • Eliseo dijo: "Traigan harina". Él la arrojó en la olla y agregó: "Sírvele a esta gente, para que coman". Y ya no había nada malo en la olla. (II Reyes 4, 41)

  • Luego dijo Isaías: "Traigan un emplasto de higos". Lo trajeron, lo aplicaron sobre la úlcera, y el rey se curó. (II Reyes 20, 7)

  • Entonces el rey llamó al Sumo Sacerdote Iehoiadá y le preguntó: "¿Por qué no les has insistido a los levitas para que traigan de Judá y de Jerusalén las contribuciones que Moisés, el servidor de Dios, y la asamblea de Israel prescribieron para la Carpa del Testimonio? (II Crónicas 24, 6)

  • y les dijeron: "¡No traigan aquí a esos prisioneros, porque nos haríamos culpables delante del Señor! Ustedes tratan de aumentar nuestros pecados y nuestras culpas, siendo así que nuestra culpa es ya demasiado grande y la ira del Señor pesa sobre Israel". (II Crónicas 28, 13)

  • y que debían anunciarlo y publicar la proclama por todas sus ciudades y por Jerusalén, en estos términos: "Salgan a la montaña y traigan ramas de olivo, de olivo silvestre, de mirto, de palmera y de árboles frondosos, para hacer chozas, como está escrito". (Nehemías 8, 15)

  • que traigan una vestidura real usada por el rey y un caballo que él ha montado, y que pongan en la cabeza de la cabalgadura una diadema real. (Ester 6, 8)

  • Que las montañas traigan al pueblo la paz, y las colinas, la justicia; (Salmos 72, 3)

  • que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sebá le traigan regalos; (Salmos 72, 10)

  • Hagan votos al Señor, su Dios, y cúmplanlos; los que están a su alrededor, traigan regalos al Temible, (Salmos 76, 12)

  • Luego dijo Isaías: "Traigan un emplasto de higos; aplíquenlo sobre la úlcera, y el rey sanará". (Isaías 38, 21)

  • Tus puertas estarán siempre abiertas, no se cerrarán ni de día ni de noche, para que te traigan las riquezas de las naciones, bajo la guía de sus reyes. (Isaías 60, 11)

  • Traigan sal para Moab, porque será completamente destruido; sus ciudades serán una desolación, donde nadie habita. (Jeremías 48, 9)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina