Found 68 Results for: Arco

  • Subid, caballos, y enfureceos, carros, y salgan los valientes de Kus y de Put que manejan escudo, y los ludios que asestan el arco.» (Jeremías 46, 9)

  • Así dice Yahveh Sebaot: He aquí que yo rompo el arco de Elam, primicia de su fuerza (Jeremías 49, 35)

  • Ordenaos contra Babilonia en derredor, todos los que asestáis arco; tirad contra ella, no escatiméis las flechas pues ha pecado contra Yahveh. (Jeremías 50, 14)

  • Haced leva de flecheros contra Babilonia, todos los que asestáis arco acampad en torno suyo. Que no se escape nadie. Pagadle lo que vale su trabajo, Tal cual hizo, haced con ella, porque contra Yahveh se insolentó, contra el Santo de Israel. (Jeremías 50, 29)

  • Arco y lanza blanden, crueles son y sin entrañas. Su voz como la mar muge, y a caballo van montados, ordenados como un solo hombre para la guerra contra ti, hija de Babel. (Jeremías 50, 42)

  • El arquero que no aseste su arco, ni se jacte de su cota. No tengáis piedad para sus jóvenes escogidos: dad al anatema todo su ejército. (Jeremías 51, 3)

  • Dálet. Ha tensado su arco, igual que un enemigo, ha afirmado su diestra; como un adversario ha matado a todos los que eran encanto de los ojos; en la tienda de la hija de Sión ha vertido su furor como fuego. (Lamentaciones 2, 4)

  • Ha tensado su arco y me ha fijado como blanco de sus flechas. (Lamentaciones 3, 12)

  • con el aspecto del arco iris que aparece en las nubes los días de lluvia: tal era el aspecto de este resplandor, todo en torno. Era algo como la forma de la gloria de Yahveh. A su vista caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba. (Ezequiel 1, 28)

  • Romperé tu arco en tu mano izquierda y haré caer tus flechas de tu mano derecha. (Ezequiel 39, 3)

  • Aquel día romperé el arco de Israel en el valle de Yizreel.» (Oseas 1, 5)

  • (Pero de la casa de Judá me compadeceré y los salvaré por Yahveh su Dios. No los salvaré con arco ni espada ni guerra, ni con caballos ni jinetes.)» (Oseas 1, 7)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina