Found 61 Results for: Damasco

  • Cuando los israelitas lo supieron, todos, como un solo hombre, se lanzaron sobre los asirios y los batieron hasta Jobá. También acudieron los de Jerusalén y los de la montaña, porque también a ellos se les dio noticia de lo sucedido en el campo enemigo; de igual modo, los de Galaad y Galilea, atacándoles de flanco, les hicieron enorme estrago hasta que pudieron refugiarse en Damasco y su región. (Judit 15, 5)

  • Los de las ciudad vinieron a suplicarle y Jonatán les dio la mano, pero tomó como rehenes a los hijos de los jefes y los envió a Jerusalén. A continuación, siguió recorriendo la región hasta Damasco. (I Macabeos 11, 62)

  • Levantó luego el campamento, llegó a Damasco y recorrió toda la región. (I Macabeos 12, 32)

  • Tu cuello, como torre de marfil. Tus ojos, las piscinas de Jesbón, junto a la puerta de Bat Rabbim. Tu nariz, como la torre del Líbano, centinela que mira hacia Damasco. (Cantar 7, 5)

  • porque la capital de Aram es Damasco, y el cabeza de Damasco, Rasón; Pues bien: dentro de sesenta y cinco años, Efraím dejará de ser pueblo. (Isaías 7, 8)

  • pues antes que sepa el niño decir "papá" y "mamá", la riqueza de Damasco y el botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asur.» (Isaías 8, 4)

  • ¿No es Kalnó como Karkemis? ¿No es Jamat como Arpad? ¿No es Samaría como Damasco? (Isaías 10, 9)

  • Oráculo contra Damasco. He aquí que Damasco deja de ser ciudad, y va a ser montón de derribo. (Isaías 17, 1)

  • Dejará de existir el baluarte de Efraím y el reinado de Damasco, y el resto de Aram vendrá a ser como la gloria de los israelitas - oráculo de Yahveh Sebaot -. (Isaías 17, 3)

  • A Damasco. Avergonzadas están Jamat y Arpad. Porque una noticia mala oyeron, su corazón tembló de espanto; como el mar que no se puede calmar. (Jeremías 49, 23)

  • Flaqueó Damasco, dio vuelta para huir y escalofríos la sobrecogieron: apuro y dolores la acometieron como a parturienta. (Jeremías 49, 24)

  • Prenderé fuego a la muralla de Damasco, y consumirá los alcázares de Ben Hadad. (Jeremías 49, 27)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina