Found 177 Results for: Muertos

  • Ni forniquemos como algunos de ellos fornicaron y cayeron muertos 23.000 en un solo día. (I Corintios 10, 8)

  • Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos? (I Corintios 15, 12)

  • Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó. (I Corintios 15, 13)

  • Y somos convictos de falsos testigos de Dios porque hemos atestiguado contra Dios que resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si es que los muertos no resucitan. (I Corintios 15, 15)

  • Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. (I Corintios 15, 16)

  • ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron. (I Corintios 15, 20)

  • Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. (I Corintios 15, 21)

  • De no ser así ¿a qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿por qué bautizarse por ellos? (I Corintios 15, 29)

  • Si por motivos humanos luché en Efeso contra las bestias ¿qué provecho saqué? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos. (I Corintios 15, 32)

  • Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida? (I Corintios 15, 35)

  • Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; (I Corintios 15, 42)

  • En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. (I Corintios 15, 52)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina