Found 43 Results for: Ozías
Dieciséis años tenía Ozías cuando empezó a reinar, y reinó 52 años en Jerusalén. Su madre se llamaba Yekoliá, de Jerusalén. (II Crónicas 26, 3)
Los ammonitas pagaron tributo a Ozías, y su fama llegó hasta la frontera de Egipto, porque se había hecho sumamente poderoso. (II Crónicas 26, 8)
Ozías construyó torres en Jerusalén sobre la puerta del Angulo, sobre la puerta del Valle y en el Angulo, y las fortificó. (II Crónicas 26, 9)
Ozías tenía un ejército que hacía la guerra; salía a campaña por grupos, conforme al número de su censo hecho bajo la vigilancia de Yeiel el escriba, y Maaseías el notario, a las órdenes de Jananías, uno de los jefes del rey. (II Crónicas 26, 11)
Ozías proporcionó a todo aquel ejército en cada una de sus campañas escudos y lanzas, yelmos y corazas, arcos y hondas, para tirar piedras. (II Crónicas 26, 14)
que se opusieron al rey Ozías y le dijeron: «No te corresponde a ti, Ozías, quemar incienso a Yahveh, sino a los sacerdotes, los hijos de Aarón, que han sido consagrados para quemar el incienso. ¡Sal del santuario porque estás prevaricando, y tú no tienes derecho a la gloria que viene de Yahveh Dios!» (II Crónicas 26, 18)
Entonces Ozías, que tenía en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira, y mientras se irritaba contra los sacerdotes, brotó la lepra en su frente, a vista de los sacerdotes, en la Casa de Yahveh, junto al altar del incienso. (II Crónicas 26, 19)
El rey Ozías, quedó leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa aislada, como leproso, porque había sido excluido de la Casa de Yahveh; su hijo Jotam estaba al frente de la casa del rey y administraba justicia al pueblo de la tierra. (II Crónicas 26, 21)
El resto de los hechos de Ozías, los primeros y los postreros, los escribió el profeta Isaías, hijo de Amós. (II Crónicas 26, 22)
Acostose Ozías con sus padres y lo sepultaron con sus padres en el campo de los sepuclros de los reyes, porque decían: «Es un leproso.» En su lugar reinó su hijo Jotam. (II Crónicas 26, 23)
Hizo lo recto a los ojos de Yahveh, enteramente como lo hizo su padre Ozías, salvo que no penetró en el Templo de Yahveh. El pueblo, sin embargo, seguía corrompiéndose. (II Crónicas 27, 2)
que en aquel tiempo eran Ozías, hijo de Miqueas, de la tribu de Simeón, Jabrís, hijo de Gotoniel, y Jarmís, hijo de Melkiel. (Judit 6, 15)