Found 656 Results for: fruto del Espíritu

  • Le respondió Moisés: «¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Quién me diera que todo el pueblo de Yahveh profetizara porque Yahveh les daba su espíritu!» (Números 11, 29)

  • Pero a mi siervo Caleb, ya que fue animado de otro espíritu y me obedeció puntualmente, le haré entrar en la tierra donde estuvo, y su descendencia la poseerá. (Números 14, 24)

  • Y al alzar los ojos, vio Balaam a Israel acampado por tribus. Y le invadió el espíritu de Dios. (Números 24, 2)

  • Respondió Yahveh a Moisés: «Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien está el espíritu, impónle tu mano, (Números 27, 18)

  • Pero Sijón, rey de Jesbón, no quiso dejarnos pasar por allí porque Yahveh tu Dios le había empedernido el espíritu y endurecido el corazón, a fin de entregarle en tus manos, como lo está todavía hoy. (Deuteronomio 2, 30)

  • Te amará, te bendecirá, te multiplicará, bendecirá el fruto de tu seno y el fruto de tu suelo, tu trigo, tu mosto, tu aceite, las crías de tus vacas y las camadas de tus rebaños, en el suelo que a tus padres juró que te daría. (Deuteronomio 7, 13)

  • pues la ira de Yahveh se encendería contra vosotros y cerraría los cielos, no habría más lluvia, el suelo no daría su fruto y vosotros pereceríais bien pronto en esa tierra buena que Yahveh os da. (Deuteronomio 11, 17)

  • No sembrarás tu viña con semilla de dos clases, no sea que quede consagrado todo: la semilla que siembres y el fruto de la viña. (Deuteronomio 22, 9)

  • Bendito será el fruto de tus entrañas, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 4)

  • Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 18)

  • El fruto de tu suelo y toda tu fatiga lo comerá un pueblo que no conoces. No serás más que un explotado y oprimido toda la vida. (Deuteronomio 28, 33)

  • Comerá el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta destruirte; no te dejará trigo, mosto, ni aceite, ni los partos de tus vacas, ni las crías de tus ovejas, hasta acabar contigo. (Deuteronomio 28, 51)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina