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  • Hicieron guerra contra los agareos, contra Yetur, Nafis y Nodab, (I Crónicas 5, 19)

  • pues, por ser guerra de Dios, cayeron muertos muchos. Habitaron el lugar de ellos hasta el destierro. (I Crónicas 5, 22)

  • Tenían, según sus genealogías, por sus casas paternas, divisiones de tropas de guerra en número de 36.000; pues tenían muchas mujeres e hijos. (I Crónicas 7, 4)

  • Todos estos fueron hijos de Yediael, cabezas de familia, esforzados guerreros, en número de 17.200, aptos para la milicia y la guerra. (I Crónicas 7, 11)

  • Todos estos fueron hijos de Aser, jefes de familia, gente escogida, esforzados guerreros, jefes de príncipes. EN los registros genealógicos estaban inscritos en número de 26.000 hombres, aptos para la milicia y la guerra. (I Crónicas 7, 40)

  • Los hijos de Bela fueron: Addar y Guerrá, padre de Ehúd, (I Crónicas 8, 3)

  • Estos son los que vinieron donde David, a Siquelag, cuando estaba retenido lejos de Saúl, hijo de Quis. Estaban también entre los valientes que le ayudaron en la guerra. (I Crónicas 12, 1)

  • Y hubo también gaditas que se pasaron a David en el desierto, guerreros valientes, hombres de guerra, preparados para el combate, diestros con el escudo y la lanza. Sus rostros, como rostros de león, y ligeros como la gacela salvaje. (I Crónicas 12, 9)

  • También de Manasés se pasaron algunos a David, cuando éste iba con los filisteos a la guerra contra Saúl, aunque no les ayudaron, porque los tiranos de los filisteos, habido consejo, le despidieron, diciendo: «Se pasará a Saúl, su señor, con nuestras cabezas.» (I Crónicas 12, 20)

  • Este es el número de los guerreros preparados para la guerra que vinieron donde David, a Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, conforme a la orden de Yahveh. (I Crónicas 12, 24)

  • De los hijos de Judá, llevando escudo y lanza, 6.800, armados para la guerra. (I Crónicas 12, 25)

  • De los hijos de Simeón, hombres valerosos para la guerra, 7.100. (I Crónicas 12, 26)


“Lembre-se de que você tem no Céu não somente um pai, mas também uma Mãe”. São Padre Pio de Pietrelcina