Found 916 Results for: muros de la ciudad

  • Pablo dijo: «Yo soy un judío, de Tarso, ciudadano de una ciudad no oscura de Cilicia. Te ruego que me permitas hablar al pueblo.» (Hechos 21, 39)

  • «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estáis todos vosotros el día de hoy. (Hechos 22, 3)

  • Y ni en el Templo, ni en las sinagogas ni por la ciudad me han encontrado discutiendo con nadie ni alborotando a la gente. (Hechos 24, 12)

  • Al día siguiente vinieron Agripa y Berenice con gran ostentación y entraron en la sala de audiencia, junto con los tribunos y los personajes de más categoría de la ciudad. A una orden de Festo, trajeron a Pablo. (Hechos 25, 23)

  • y costeándola con dificultad, llegamos a un lugar llamado Puertos Buenos, cerca del cual se encuentra la ciudad de Lasea. (Hechos 27, 8)

  • Os saluda Erasto, cuestor de la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano. A Aquel que puede consolidaros conforme al Evangelio mío y la predicación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, (Romanos 16, 25)

  • Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; (II Corintios 11, 26)

  • En Damasco,el etnarca del rey Aretas tenía puesta guardia en la ciudad de los damascenos con el fin de prenderme. (II Corintios 11, 32)

  • El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené. (Tito 1, 5)

  • Pues esperaba la ciudad asentada sobre cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. (Hebreos 11, 10)

  • Más bien aspiran a una mejor, a la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de ser llamado Dios suyo, pues les tiene preparada una ciudad... (Hebreos 11, 16)

  • Por la fe, se derrumbaron los muros de Jericó, después de ser rodeados durante siete días. (Hebreos 11, 30)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina