Found 65 Results for: Betel

  • El rey, al oír la amenaza que el hombre de Dios había gritado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, y dijo: "¡Prendedlo!". Pero la mano que había extendido contra él se le quedó tiesa sin poderla mover. (I Reyes 13, 4)

  • En Betel vivía un profeta anciano, cuyos hijos fueron a contarle todo lo que había hecho el hombre de Dios aquel día en Betel y las palabras que había dirigido al rey. Se lo contaron, (I Reyes 13, 11)

  • porque con toda seguridad se cumplirá la palabra que de parte del Señor pronunció contra el altar que hay en Betel y contra todos los santuarios de las colinas que hay en las ciudades de Samaría". (I Reyes 13, 32)

  • En su tiempo Jiel, de Betel, reedificó a Jericó; pero a costa de su primogénito Abirán echó los cimientos, y de Segub, su hijo menor, asentó las puertas, como había dicho el Señor por medio de Josué, hijo de Nun. (I Reyes 16, 34)

  • Y Elías dijo a Eliseo: "Quédate aquí, porque el Señor me manda ir hasta Betel". Eliseo replicó: "¡Por Dios y por tu vida que no te dejaré!". Y fueron juntos a Betel. (II Reyes 2, 2)

  • Los discípulos de los profetas que había en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: "¿No sabes que el Señor va a llevarse a tu amo por encima de tu cabeza?". Él contestó: "También yo lo sé; callad". (II Reyes 2, 3)

  • De allí Eliseo fue a Betel y, cuando iba por el camino, unos rapazuelos que habían salido de la ciudad empezaron a burlarse de él, diciéndole: "¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!". (II Reyes 2, 23)

  • Sin embargo, Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboán, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; esto es, los becerros de oro, que había en Betel y en Dan. (II Reyes 10, 29)

  • Vino uno de los sacerdotes que había sido deportado de Samaría, se estableció en Betel y les enseñaba cómo debían dar culto al Señor. (II Reyes 17, 28)

  • El rey ordenó al sumo sacerdote Jelcías, al sacerdote segundo y a los guardianes de la puerta sacar fuera del templo del Señor todos los utensilios del culto de Baal, de Aserá y de los astros del cielo; los quemó a las afueras de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel. (II Reyes 23, 4)

  • Destruyó el altar que había en Betel, y el santuario que había construido Jeroboán, hijo de Nabat, el que había inducido a Israel a pecar; hizo pedazos sus piedras, reduciéndolas a polvo, y quemó el cipo sagrado. (II Reyes 23, 15)

  • Luego, volvió su mirada hacia el sepulcro del hombre de Dios que había predicho estas cosas, y dijo: "¿Qué monumento es aquel que diviso?". Los de la ciudad respondieron: "Es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y predijo las cosas que tú has hecho sobre el altar de Betel". (II Reyes 23, 17)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina