Found 50 Results for: Camellos

  • Y, aprisa, bajó ella el cántaro de su hombro y dijo: Bebe, y daré también agua a tus camellos. Yo bebí, y ella dio también agua a mis camellos. (Génesis 24, 46)

  • Rebeca y sus siervas se levantaron, montaron sobre los camellos y siguieron a aquel hombre. Y el criado, llevando consigo a Rebeca, se fue. (Génesis 24, 61)

  • Una tarde salió a dar un paseo por el campo y, levantando los ojos, vio que se acercaban unos camellos. (Génesis 24, 63)

  • De este modo se enriqueció enormemente y tuvo numerosos rebaños, esclavos y esclavas, camellos y asnos. (Génesis 30, 43)

  • Jacob se levantó, montó a sus hijos y a sus mujeres en camellos (Génesis 31, 17)

  • Jacob tuvo gran temor y se llenó de angustia. Dividió en dos campamentos a la gente que estaba con él y también las ovejas, las vacas y los camellos. (Génesis 32, 8)

  • Y se pusieron a comer. Alzando los ojos, divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad. Sus camellos iban cargados de aromas, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto. (Génesis 37, 25)

  • la mano del Señor caerá sobre tu ganado, que anda por el campo: una peste gravísima sobre caballos, asnos, camellos, bueyes y ovejas. (Exodo 9, 3)

  • Subían con sus rebaños y tiendas como una nube de langosta y lo destruían todo; sus camellos eran innumerables. (Jueces 6, 5)

  • Los madianitas, los amalecitas y la gente de oriente estaban desplegados en el valle, tan numerosos como langostas; sus camellos eran innumerables, como la arena que hay a orillas del mar. (Jueces 7, 12)

  • Entonces Zébaj y Salmuná dijeron: "Ánimo, mátanos tú; porque como es el hombre, así es su fuerza". Entonces Gedeón se levantó, mató a Zébaj y Salmuná y se quedó con las lunetas que llevaban al cuello sus camellos. (Jueces 8, 21)

  • El peso de los anillos de oro que él había pedido ascendió a veinte kilos, sin contar las lunetas, los pendientes y los vestidos de púrpura que llevaban los reyes madianitas ni los collares que colgaban del cuello de sus camellos. (Jueces 8, 26)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina