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  • Pues en los cielos se embriaga mi espada; y ya se abalanza sobre Edón, sobre el pueblo que he entregado al castigo. (Isaías 34, 5)

  • Él se sienta sobre el globo de la tierra, cuyos habitantes le parecen saltamontes; él despliega los cielos como tenue velo y los extiende como una tienda para vivir en ella; (Isaías 40, 22)

  • Esto dice el Señor, Dios, el que creó los cielos y los desplegó, el que asentó la tierra y sus productos, el que da aliento al pueblo que la habita y soplo a los seres que se mueven en ella: (Isaías 42, 5)

  • Gritad de gozo, cielos, porque el Señor lo ha hecho; alegraos, honduras de la tierra; lanzad gritos de júbilo, montañas, y tú, bosque, con todos tus árboles, porque el Señor ha redimido a Jacob y ha manifestado su gloria en Israel. (Isaías 44, 23)

  • Esto dice el Señor tu redentor, el que te formó desde el seno materno: Yo soy el Señor, el que lo ha hecho todo; el que despliega, él solo, los cielos; el que afirma la tierra sin ayuda alguna; (Isaías 44, 24)

  • ¡Derramad, cielos, el rocío, y lluevan las nubes la victoria! Ábrase la tierra y produzca la salvación; brote también la justicia: yo, el Señor, lo he creado. (Isaías 45, 8)

  • Soy yo quien ha hecho la tierra, y en ella he creado al hombre; yo mismo con mis manos he extendido los cielos, y a todo su ejército doy órdenes. (Isaías 45, 12)

  • Esto dice el Señor, el que creó los cielos, el que es Dios, el que formó la tierra y la creó, el que la estableció y no la creó vacía, sino que la formó para ser habitada; yo, el Señor, y nadie más: (Isaías 45, 18)

  • Fue mi mano la que fundó la tierra, y mi diestra la que desplegó los cielos; los llamo yo, y todos a una se presentan. (Isaías 48, 13)

  • Cielos, gritad de gozo; alégrate, tierra; montes, saltad de júbilo, pues el Señor ha consolado a su pueblo, se ha compadecido de los desgraciados. (Isaías 49, 13)

  • Alzad al cielo vuestros ojos, y mirad abajo, hacia la tierra; los cielos se dispersarán como humo, la tierra se gastará como un vestido y sus habitantes morirán como mosquitos; pero mi salvación durará eternamente y mi justicia no tendrá fin. (Isaías 51, 6)

  • ¿Vas a olvidar al Señor tu creador, que desplegó los cielos y fundó la tierra, para temblar sin cesar todo el día ante la furia del opresor, que se dispone a perderte? Pero, ¿dónde está la furia del opresor? (Isaías 51, 13)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina