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  • Simón llegó a un acuerdo con ellos y dejó de luchar; pero los echó de la ciudad, purificó las casas donde habían estado los ídolos y entró cantando alabanzas y bendiciones al Señor. (I Macabeos 13, 47)

  • El año 174, Antíoco entró en la tierra de sus padres; todas las fuerzas armadas se le unieron, quedando sólo pocos partidarios de Trifón. (I Macabeos 15, 10)

  • Antíoco, con el pretexto de casarse con la diosa, entró en el templo acompañado de sus amigos para apoderarse de las enormes riquezas a título de dote. (II Macabeos 1, 14)

  • Los sacerdotes las sacaron para mostrarlas, y él entró con unos pocos en lo sagrado del templo. (II Macabeos 1, 15)

  • Mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen. (Sabiduría 2, 24)

  • Entró en el alma de un siervo del Señor e hizo frente a reyes temibles con prodigios y señales. (Sabiduría 10, 16)

  • Al oírlos, el rey Ezequías se rasgó las vestiduras, se vistió de saco y entró en el templo del Señor. (Isaías 37, 1)

  • Si salgo al campo, sólo veo caídos a espada; si entro en la ciudad, allí están las angustias del hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes vagan por el país. ¡Ya no lo conocen! (Jeremías 14, 18)

  • Ebedmélec tomó consigo a los hombres, entró en el palacio real, en el vestuario del tesoro, tomó unos cuantos trozos de ropas usadas y rotas y se las echó a Jeremías en la cisterna con unas cuerdas. (Jeremías 38, 11)

  • Al decirme esto, el espíritu entró en mí, me hizo tenerme en pie y pude escuchar a aquel que me hablaba. (Ezequiel 2, 2)

  • En seguida entró en mí el espíritu y me hizo tenerme en pie, me habló y me dijo: "Anda, enciérrate en tu casa. (Ezequiel 3, 24)

  • "¡Ah, Señor Dios -exclamé yo-, mira que yo no me he manchado jamás, no he comido desde mi adolescencia hasta ahora bestia muerta ni despezada, ni jamás carne inmunda entró en mi boca!". (Ezequiel 4, 14)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina