Found 41 Results for: Necesidad

  • Cuando se lo había gastado todo, sobrevino una gran hambre en aquella comarca y comenzó a padecer necesidad. (Lucas 15, 14)

  • Sobre la necesidad de orar siempre sin desfallecer jamás, les dijo esta parábola: (Lucas 18, 1)

  • Ellos replicaron: "¿Qué necesidad tenemos ya de testigos, si nosotros mismos lo hemos oído de su boca?". (Lucas 22, 71)

  • vendían las posesiones y haciendas, y las distribuían entre todos, según la necesidad de cada uno. (Hechos 2, 45)

  • Cuando estaba entre vosotros y necesité algo no fui carga para nadie, pues remediaron mi necesidad los hermanos llegados de Macedonia; me guardé muy bien y me seguiré guardando de ser carga para nadie. (II Corintios 11, 9)

  • pues ya en Tesalónica me enviasteis una y otra vez con qué atender a mi necesidad. (Filipenses 4, 16)

  • Así es como desde vosotros se ha difundido la palabra del Señor; y no solamente en Macedonia y en Acaya, sino por doquier es conocida vuestra fe en Dios, de suerte que no tenemos necesidad de hablar de ella. (I Tesalonicenses 1, 8)

  • Así llevaréis una vida honrada a los ojos de los de fuera y no tendréis necesidad de nadie. (I Tesalonicenses 4, 12)

  • Hermanos, en cuanto al tiempo preciso, no tenéis necesidad de que se os escriba. (I Tesalonicenses 5, 1)

  • Pues debiendo ser ya maestros por razón del tiempo, todavía tenéis necesidad de que se os enseñen los primeros rudimentos de oráculos divinos, y habéis llegado a tener necesidad de leche, no de alimento sólido. (Hebreos 5, 12)

  • Por consiguiente, si la perfección hubiese sido realizada por el sacerdocio levítico -ya que por su medio el pueblo recibió la ley-, ¿qué necesidad habría entonces de que surgiese otro sacerdote a la manera de Melquisedec, y que no lo fuese según el orden de Aarón? (Hebreos 7, 11)

  • Ahora bien, donde hay perdón de los pecados no hay necesidad de ofrenda por el pecado. (Hebreos 10, 18)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina