Found 122 Results for: amar al prójimo

  • Y a los extranjeros que se entregan al Señor para venerarlo, amar su nombre y ser sus siervos; que guardan el sábado sin profanarlo, que se mantienen en mi alianza, (Isaías 56, 6)

  • Como sementales rollizos y vigorosos, cada uno relincha tras la mujer del prójimo. (Jeremías 5, 8)

  • Desconfíe cada uno de su prójimo, no os fiéis de un hermano, pues todo hermano estafa y todo amigo siembra calumnias. (Jeremías 9, 3)

  • Saeta mortífera es su lengua, tan sólo falsedad sale de su boca; paz auguran a su prójimo pero en su corazón le preparan un lazo. (Jeremías 9, 7)

  • ¡Ay de aquel que edifica su casa con injusticias y sus pisos contra todo derecho; del que hace trabajar a su prójimo de balde, sin pagarle su salario; (Jeremías 22, 13)

  • Por tanto, esto dice el Señor: Vosotros no me habéis escuchado, concediendo cada uno la libertad a su propio hermano, a su prójimo. Pues bien, yo también -dice el Señor- voy a proclamar contra vosotros la libertad de la espada, la peste y el hambre. Os convertiré en objeto de horror para todos los reinos de la tierra. (Jeremías 34, 17)

  • si no banquetea en los montes ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; si no deshonra a la mujer de su prójimo ni se acerca a la mujer en la menstruación; (Ezequiel 18, 6)

  • que él mismo no había cometido, un hijo que banquetea en los montes, deshonra a la mujer de su prójimo, (Ezequiel 18, 11)

  • no va a banquetear en los montes, no alza los ojos a los ídolos de la casa de Israel, no deshonra a la mujer de su prójimo, (Ezequiel 18, 15)

  • Su padre, en cambio, que oprimió o despojó al prójimo y no hizo el bien en medio de su pueblo, morirá por sus propios pecados. (Ezequiel 18, 18)

  • Hay quien comete adulterio con la mujer de su prójimo, quien mancha con crimen nefando a su nuera, quien fuerza a su hermana, a la hija de su propio padre. (Ezequiel 22, 11)

  • En ti se acepta soborno para derramar sangre; aceptas usura e interés, despojas con violencia a tu prójimo y te has olvidado de mí, dice el Señor Dios. (Ezequiel 22, 12)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina