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  • Él: Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis, no turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. (Cantar 2, 7)

  • Él: Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis ni turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. (Cantar 3, 5)

  • No aborrezcas la labor por fatigosa, ni el trabajo del campo por el altísimo instituido. (Eclesiástico 7, 15)

  • El Señor dijo a Isaías: "Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear-Yasub, al extremo del canal de la alberca de arriba, junto al camino del campo del Batanero, (Isaías 7, 3)

  • Él te dará la lluvia para la simiente que siembres en tu tierra; el pan, producto de tu campo, será pingüe y enjundioso; y tu ganado pastará aquel día en amplios pastizales. (Isaías 30, 23)

  • Desde Laquis, el rey de Asiria envió hacia el rey Ezequías, en Jerusalén, al general, con gran fuerza militar. Se apostó éste cerca del canal de la alberca superior, junto al camino del Campo del Batanero. (Isaías 36, 2)

  • Sus habitantes, impotentes, espantados y confusos, eran como la hierba del campo, como el verdor del césped, como los brotes de los tejados, agostados por el viento del este. (Isaías 37, 27)

  • Una voz manda: ¡Grita! Yo digo: ¿Qué he de gritar? Todo mortal es hierba, toda su gloria como flor del campo. (Isaías 40, 6)

  • Las bestias del campo me glorificarán, los chacales y las avestruces, porque yo daré agua en el desierto, y ríos en la tierra seca, para abrevar a mi pueblo, a mi elegido. (Isaías 43, 20)

  • Sí, partiréis con alegría y en paz seréis llevados; montes y colinas prorrumpirán ante vosotros en gritos de alegría, y todos los árboles del campo aplaudirán. (Isaías 55, 12)

  • Bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del bosque. (Isaías 56, 9)

  • Porque así habla el Señor a la gente de Judá y de Jerusalén: "Labrad un campo nuevo, no sembréis entre espinas. (Jeremías 4, 3)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina