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Y dirás a los israelitas: Si un hombre muere sin haber dejado hijos, haréis pasar la herencia a su hija. (Números 27, 8)
Les dirás: Éstas son las ofrendas quemadas en honor del Señor. Diariamente, dos corderos de un año, sin defecto, como holocausto perpetuo. (Números 28, 3)
Te presentarás al sacerdote en funciones y le dirás: Yo declaro hoy en presencia del Señor, mi Dios, haber entrado ya en la tierra que el Señor había jurado a nuestros padres que nos daría. (Deuteronomio 26, 3)
Tomarás de nuevo la palabra y dirás ante el Señor, tu Dios: Mi padre era un arameo errante, que bajó a Egipto. Allí se quedó con unas pocas personas más; pero pronto se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. (Deuteronomio 26, 5)
entonces ante el Señor, tu Dios, dirás: He apartado de mi casa lo consagrado y se lo he dado al levita, al emigrante, al huérfano, a la viuda, en plena conformidad con lo que tú me has mandado, sin traspasar ni olvidar tus mandatos. (Deuteronomio 26, 13)
Por la mañana dirás: ¡Ojalá que ya fuera de noche! Y por la tarde dirás: ¡Ojalá que ya fuera de día!, por el pavor que se habrá apoderado de tu corazón y por las cosas que verán tus ojos. (Deuteronomio 28, 67)
y le dijo: "Vete a acostarte, y si te llaman, dirás: Habla, Señor, que tu siervo escucha". Y Samuel fue a acostarse. (I Samuel 3, 9)
Samuel dijo: "¿Cómo voy a ir? Cuando se entere Saúl, me matará". El Señor le contestó: "Lleva contigo una ternera, y dirás: He venido a ofrecer un sacrificio al Señor. (I Samuel 16, 2)
Si tu padre me echa de menos, le dirás: David me pidió con insistencia que le permitiera hacer una escapada a Belén, su ciudad, porque celebran allí el sacrificio anual por el clan. (I Samuel 20, 6)
¿Quién mató a Abimélec, hijo de Yerubaal? ¿No fue una mujer, que tiró sobre él desde lo alto de los muros una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os habéis acercado tanto a las murallas?, tú le dirás: También murió tu siervo Urías, el hitita". (II Samuel 11, 21)
Yonadab le dijo: "Acuéstate en tu cama y fíngete enfermo; y cuando venga tu padre a visitarte, le dirás: Que venga, por favor, mi hermana Tamar a darme de comer. Que ella prepare la comida delante de mí para que yo la vea y reciba el alimento de su mano". (II Samuel 13, 5)
"Anda y vete a ver a Ajab, rey de Israel, en Samaría. Está en la viña de Nabot, adonde ha ido para apoderarse de ella. Le dirás: Esto dice el Señor: ¡De modo que, después de haber matado, robas! (I Reyes 21, 18)