Found 403 Results for: engaño de jacob

  • Jamor, padre de Siquén, fue a hablar con Jacob. (Génesis 34, 6)

  • Cuando los hijos de Jacob, a su vuelta del campo, se enteraron de lo ocurrido, se indignaron y se llenaron de ira por la infamia que había cometido Siquén acostándose con la hija de Jacob. "¡Eso no se hace!". (Génesis 34, 7)

  • Los hijos de Jacob respondieron a Siquén y a Jamor, su padre, con engaño, por haber deshonrado a su hermana Dina. (Génesis 34, 13)

  • El mozo no titubeó en hacerlo, porque estaba enamorado de la hija de Jacob, y era el más considerado de la casa de su padre. (Génesis 34, 19)

  • Al tercer día, cuando el dolor era más fuerte, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, entraron a mansalva en la ciudad y mataron a todos los varones. (Génesis 34, 25)

  • Los hijos de Jacob acometieron a todos los heridos y saquearon la ciudad por haber deshonrado a su hermana. (Génesis 34, 27)

  • Jacob dijo a Simeón y Leví: "Me habéis puesto en gran aprieto, haciéndome odioso a los hombres de esta tierra, a los cananeos y a los fereceos. Yo cuento con pocos hombres; ellos se unirán, me vencerán y seré aniquilado yo con toda mi casa". (Génesis 34, 30)

  • Dios dijo a Jacob: "Levántate, vete a vivir a Betel y levanta allí un altar al Dios que se te apareció cuando huías de la presencia de tu hermano Esaú". (Génesis 35, 1)

  • Jacob dijo a su familia y a todos los que estaban con él: "Tirad los dioses extranjeros que hay en medio de vosotros, purificaos y cambiad vuestros vestidos. (Génesis 35, 2)

  • Ellos dieron a Jacob todos los dioses extranjeros que poseían y los anillos que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró bajo la encina que hay cerca de Siquén. (Génesis 35, 4)

  • Levantaron el campamento, y un terror divino cayó sobre las ciudades de los alrededores, por lo que nadie persiguió a los hijos de Jacob. (Génesis 35, 5)

  • Llegó Jacob a Luz, en tierra de Canaán, o sea a Betel, él y toda la gente que estaba con él. (Génesis 35, 6)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina