Found 140 Results for: enviado

  • Balaán respondió a Dios: "Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, los ha enviado a decirme: (Números 22, 10)

  • Balaán se levantó de mañana y dijo a los jefes que había enviado Balac: "Partid para vuestra tierra, pues el Señor no me deja ir con vosotros". (Números 22, 13)

  • "La ciudad, con todo lo que hay en ella, será entregada al exterminio en manos del Señor; solamente quedará Rajab, la prostituta, y todos los que estén con ella en su casa, porque escondió a los exploradores que habíamos enviado. (Josué 6, 17)

  • Samuel dijo a Saúl: "El Señor me ha enviado para ungirte rey sobre mi pueblo, Israel. Escucha las palabras del Señor. (I Samuel 15, 1)

  • El espíritu del Señor se había retirado de Saúl, y un espíritu maligno, enviado por el Señor, se apoderó de él. (I Samuel 16, 14)

  • Entonces los servidores de Saúl le dijeron: "Un espíritu maligno, enviado por Dios, se apodera de ti. (I Samuel 16, 15)

  • Al día siguiente un espíritu maligno enviado por Dios asaltó a Saúl, que andaba como loco por la casa. David se puso a tocar la cítara, como otros días. Saúl tenía una lanza en su mano (I Samuel 18, 10)

  • Pero un espíritu maligno enviado por el Señor se apoderó de Saúl. Estaba sentado en su casa y tenía la lanza en su mano. David tocaba el arpa. (I Samuel 19, 9)

  • Uno de los jóvenes dio la noticia a Abigaíl, mujer de Nabal: "David ha enviado desde el desierto unos mensajeros para saludar a nuestro amo, y él los ha despreciado. (I Samuel 25, 14)

  • David respondió a Abigaíl: "¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro! (I Samuel 25, 32)

  • Los siervos de David fueron al Carmelo y dijeron a Abigaíl: "David nos ha enviado para tomarte por esposa". (I Samuel 25, 40)

  • los jefes amonitas dijeron a Janún: "¿Tú crees que David te envía consoladores con el fin de honrar a tu padre? ¿No los habrá enviado más bien con el fin de explorar, espiar y destruir el país?". (II Samuel 10, 3)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina