Found 452 Results for: fuentes de agua viva

  • Jesús les dijo: "Llenad de agua las tinajas". Y las llenaron hasta arriba. (Juan 2, 7)

  • Tan pronto como el maestresala probó el agua convertida en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al novio y le dijo: (Juan 2, 9)

  • Jesús respondió: "Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3, 5)

  • Juan también bautizaba en Ainón, próximo a Salín, pues allí abundaba el agua, y acudían muchos a bautizarse. (Juan 3, 23)

  • Llegó una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber". (Juan 4, 7)

  • Jesús contestó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva". (Juan 4, 10)

  • La mujer le dijo: "Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es profundo; ¿de dónde sacas esa agua viva? (Juan 4, 11)

  • Jesús le respondió: "El que bebe esta agua tendrá otra vez sed, (Juan 4, 13)

  • pero el que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamás; más aún, el agua que yo le daré será en él manantial que salta hasta la vida eterna". (Juan 4, 14)

  • La mujer le dijo: "Señor, dame esa agua, para no tener sed ni venir aquí a sacarla". (Juan 4, 15)

  • Jesús regresó a Caná de Galilea, donde él había convertido el agua en vino. Un oficial real tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. (Juan 4, 46)

  • En estos soportales había muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Periódicamente bajaba un ángel a la piscina y agitaba el agua y el primero que se mentía, apenas agitada el agua, quedaba curado. (Juan 5, 3)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina