Found 493 Results for: muerte

  • Dijo esto para indicar con qué muerte iba a glorificar a Dios. Después añadió: "¡Sígueme!". (Juan 21, 19)

  • pero Dios lo ha resucitado, rompiendo las ligaduras de la muerte, pues era imposible que la muerte dominara sobre él. (Hechos 2, 24)

  • pues tú no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu fiel amigo vea la corrupción. (Hechos 2, 27)

  • Salió entonces de la tierra de los caldeos y vivió en Jarán. Y allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en que vosotros habitáis ahora; (Hechos 7, 4)

  • Saulo, por su parte, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote (Hechos 9, 1)

  • Pero en aquel instante un ángel del Señor lo hirió de muerte, por haberse arrogado el honor de Dios, y murió roído de gusanos. (Hechos 12, 23)

  • y sin haber encontrado ninguna causa de muerte, le condenaron y pidieron a Pilato que lo matase. (Hechos 13, 28)

  • yo he perseguido a muerte este nuevo camino, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y a mujeres, (Hechos 22, 4)

  • he encontrado que lo acusaban por cuestiones de su ley y que no había cometido delito que merezca la muerte o la prisión. (Hechos 23, 29)

  • Si he cometido algún delito que merezca la muerte, no me niego a morir; pero si no hay nada de lo que éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. Apelo al césar". (Hechos 25, 11)

  • Yo he constatado que él no había hecho nada que mereciera la muerte; pero como él mismo ha apelado a Augusto, he decidido enviarlo. (Hechos 25, 25)

  • y lo hice, en efecto, en Jerusalén; con la autorización de los sumos sacerdotes, metí en la cárcel a muchos fieles y di mi voto para que los condenaran a muerte. (Hechos 26, 10)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina