Found 328 Results for: sabiduría divina

  • Veo claro que la ventaja de la sabiduría sobre la necedad es como la de la luz sobre las tinieblas. (Eclesiastés 2, 13)

  • Me dije: "Como la suerte del necio, así será la mía. Entonces, ¿qué provecho voy a tener en adquirir más sabiduría?". Y dije en mi corazón que también eso es vanidad. (Eclesiastés 2, 15)

  • Quién sabe si él será sabio o necio? Y, sin embargo, dispondrá de todo mi trabajo, en el que yo empleé mi fatiga y mi sabiduría bajo el sol. También esto es vanidad. (Eclesiastés 2, 19)

  • Porque uno ha trabajado con sabiduría, ciencia y éxito, y deja su bien a otro que no ha trabajado en ello. También esto es vanidad y grave mal. (Eclesiastés 2, 21)

  • Porque él da sabiduría, ciencia y placer al hombre que le agrada; y al malhechor le impone la carga de allegar y amontonar para dejárselo después a quien Dios quiera. También esto es vanidad y dar caza al viento. (Eclesiastés 2, 26)

  • Buena es la sabiduría, como un patrimonio, y aprovecha a los que ven el sol. (Eclesiastés 7, 11)

  • Porque escudo es la sabiduría, y escudo es el dinero; pero la ventaja del saber es que la sabiduría da la vida a quien la posee. (Eclesiastés 7, 12)

  • La sabiduría da al sabio una fuerza mayor que la de diez gobernadores en una ciudad. (Eclesiastés 7, 19)

  • Todas estas cosas las he examinado con sabiduría, pues dije: "Yo quiero hacerme sabio"; pero la sabiduría quedó lejos de mí. (Eclesiastés 7, 23)

  • Todavía apliqué mi corazón a saber, examinar e investigar la sabiduría y la razón de las cosas, y a reconocer que la maldad es una insensatez, y el desvarío una locura. (Eclesiastés 7, 25)

  • ¿Quién es como el sabio? ¿Quién sabe la solución de un problema? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la esperanza de su semblante se cambia. (Eclesiastés 8, 1)

  • Después de haberme aplicado a conocer la sabiduría y a examinar las ocupaciones que se desempeñan en la tierra porque los ojos del hombre ni de noche ni de día ven el sueño, (Eclesiastés 8, 16)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina