28. ¿Adónde iremos? Nuestros hermanos nos dejaron sin aliento, cuando nos dijeron: ‘Son gente más grande y más alta que nosotros; las ciudades son enormes y están provistas de murallas que se elevan hasta el cielo. Allí vimos también a los anaquitas’".





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina