15. De acuerdo con la orden del rey, los mensajeros partieron rápidamente, y el edicto también fue promulgado en la ciudadela de Susa. Mientras el rey y Amán comían y bebían tranquilamente, en la ciudad de Susa reinaba la consternación.





“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina