7. Fue entonces cuando Salomón erigió, sobre la montaña que está al este de Jerusalén, un lugar alto dedicado a Quemós, el abominable ídolo de Moab, y a Milcóm, el ídolo de los amonitas.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina