21. A la mañana siguiente, me levanté para amamantar a mi hijo, y vi que estaba muerto. Pero cuando lo observé con mayor atención a la luz del día, advertí que no era mi hijo, el que yo había tenido".





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina