8. Un día, Eliseo pasó por Sunám. Había allí una mujer pudiente, que le insistió para que se quedara a comer. Desde entonces, cada vez que pasaba, él iba a comer allí.





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina