31. El rey se levantó, rasgó sus vestiduras y se acostó en el suelo, mientras todos sus servidores permanecían de pie, con las ropas desgarradas.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina